viernes, 29 de agosto de 2014

El guitarrista

Intrépido y tímido niño clarinero
De versos mudos y despejada
Melena de anecdótico compás
Al caminar

Quien dispuesto estará a bailar
Tu comparsa junto al atolondrado atril
De corcheas y silencios y uno que otro
Bemol acatarrado

El verbo no es tu sentencia
Mas has sabido hacerte entender
Eres el héroe del romance de loas
Líricas de tu curvilínea amante

Que vuelca el alma y palpitante
Agrede, conmueve en la
Atalaya de una mañana lozana.

A chavela

Mira mujer con devastadora chispa
Cual aurora fecundas
La siguiente página de tu vida
Como nos llenara de gusto las carcajadas
Vertidas por la nada

No nacimos en cuna dorada
No hizo falta pues con nuestras manos
Apertrechadas de violetas lanzáramos
En lugares menos esperados.

Atrayendo a las alondras a nuestra villa
Quiero entender tu asechanza,
Tu desganada manera de cariño, mendigar
Cuál será el veredicto final me pregunto

Las hondas heridas, tal vez las pueda remediar
Sin interrumpir tu merienda con Cristo
Querida hermana quieres contarme que te pasa?
Pues atormenta mis sueños que consagres
Tu vida a eso grisáceo, al espejismo raso.



Aire tenue

Mientras el buque se aleja
Entre la confusión de pasajeros
Nosotros somos los esquifes de la alta mar

Al aire cambiamos su color
Cual vino tinto
Nos balanceamos en su adoración

Armando un crucigrama
Bajo nuestras lámparas plateadas
Cual heraldos de magnánimo ánimo

Somos los oboístas
Que hemos descifrado los aires
Mil veces por los valles

Sintiendo un aire tenue
Un corriente por nuestras rodillas
 Entre castillos y embarques

Fe de búfalo
Te asomas en el pastoreo
De color ceniciento te siento

Y presagias en mis sueños
La fe irremisible en la corriente flotante

No eres ni serás el bufón
Tu virtud arrasa y enseña

Las creencias y pasiones
Que perduran solo por tu fe


Y se cristaliza en mis sueños…

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